Me gustan los zapatos, nunca he contado cuántos tengo pero la verdad es que ya no sé dónde guardarlos. Dependiendo de mi estado de ánimo cada día uso unos diferentes.El otro día haciendo limpieza saqué del fondo del armario esos tacones que me regaló mi madre hace ya casi mil años. Echando la vista atrás recordé que la primera vez que me subí a unos tacones me sentí más mujer que nunca, más segura que nunca. Con esa jodida sensación de saberme dueña del mundo.Desde entonces mi vida ha ido, irremediablemente unida a unos zapatos...aunque a veces al final del día acabe maldiciendo los que lleve puestos...
1 comentario:
Mi fetiche femenino, unos zapatos de punta que estilicen el pie, con una leve insinaucion del nacimiento de los dedos, y un tacon de aguja de los que dan vertigo.
Claro que una cosa es visualizarlos y otra sufrirlos.
Besos.
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